Para muchos es una tontería el que los hinduistas adoren a
un animal flaco, y decrepito, todos prefieren morir de hambre, y nunca probar
bocado de dichoso animal, esto hace pensar ¿Qué tan loco estaba el que impuso
la ley de no comer vaca y considerarla animal sagrado?
Tras la lectura de libro del antropólogo marvin Harris ha
demostrado que no se puede juzgar una cultura sin conocerla, o al menos sin
darles la oportunidad de expresarse… de hecho Harris demuestra que no es tan
descabellado adorar al dichoso animal, pues este ofrece beneficios bastante
buenos, iniciando por la boñiga o excremento sirve como fertilizante de las
tierras, es un combustible lento que sustituye al carbón y a la leña, al hacer
una mezcla sirve para construir
viviendas completas incluyendo el piso, y como repelente de plagas.
Es difícil pensar que una cultura tan pobre goza de beneficios como los nuestros a más
bajos costos, como por ejemplo, ellos no pagan “carro de la basura” pues este
se encuentra en el patio de su casa, y camina en cuatro patas y es rumiante,
este animal inservible también sirve como recolector de basuras, tal vez ya no
sea tan inservible. Por si fuera poco los bueyes aran las tierras que alimentan
y mueven la economía de la india.
Claramente no se mata a este animal por el hecho de ser
sagradas, sino porque proporcionan grandes beneficios a la cultura hinduista,
además cada familia pobre que son casi todos, cuenta con un solo animal, ¿y si
se mata a la vaca, si se la comieran ya no se murrian de hambre, pero, qué
sería de ahí en delante de su familia?, ¿Cómo sobrevivirían sin la vaca que
tantos beneficios daba en vida?
Quizás no estaba tan loco el que impuso como ley no matar a
la vaca…
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